miércoles, 9 de abril de 2014

Atravesando Groenlandia

“Todos tenemos en casa un mapa del interior de Groenlandia: basta con mirar un folio en blanco”.

Con esta frase se inicia el libro de Ander Izagirre, Groenlandia cruje (y tres historias islandesas).




En el libro, entre diversos relatos, se recoge el viaje que en 1988 hicieron 5 amigos (Josu, Dina, Nekane, Txiki y Angel) cruzando en esquí el indlandsis, el desierto helado groenlandés. Estuvieron 34 días fuera del mundo, atravesando 600 kilómetros, desde la costa este hasta la costa oeste. La travesía la realizaron sin GPS, sin radio, sin teléfono, simplemente usando un sextante para calcular la latitud y una rueda de bicicleta atada a uno de los trineos, con un cuentakilómetros para medir la distancia.


El relato continua con la vuelta 20 años después de uno de los participantes en la travesía, Josu, acompañado del autor del libro al poblado de donde partieron … pero esta es otra historia que merece la pena leer en este pequeño libro que permite acercarse a la realidad de Groenlandia e Islandia de la mano de este periodista donostiarra.

Pero, ¿qué puede motivar a cruzar el interior de Groenlandia?, una capa de hielo abombada que alcanza los tres mil metros de altitud y que supone el 85% de la superficie de la isla.

Sin hacer una listado de todas las travesías que se han realizado, la red nos permite acercarnos a las noticias e información publicada sobre algunas de ellas.

En el año 2011, nos encontramos una noticia en prensa, “El alavés Josu Feijoo quiere ser el primer diabético en cruzar Groenlandia” , aunque sea con la insulina en la mochila, porque tiene diabetes, "una compañera de viaje más" con la que, dice, está acostumbrado a convivir. 

La intención de Josu, junto con los alpinistas vascos Jon Goikoetxea, Víctor Izquierdo y con la compañía de un guía de Mundo Ártico, Néstor López, requisito indispensable para lograr los permisos necesarios de las autoridades locales, era realizar lo que el noruego Fridtjof Nansen bautizó como 'Camino del Infierno' , la ruta que en 1888 utilizó para cruzar Groenlandia de Este a Oeste, de Kulusuk a Kangerlussuaq, 800 kilómetros. 

La idea de Josu y sus compañeros era acometer en cuarenta días esta ruta a la antigua usanza, sin perros, ni cometas ni motos mecánicas de arrastre; con su esfuerzo como única herramienta para arrastrar las pesadas pulkas –trineos, sin ayudas mecánicas ni externas.

“Físicamente es duro, pero es, sobre todo, un reto psicológico porque es mucho tiempo viendo lo mismo y haciendo lo mismo … Lo verdaderamente complicado, explica, es hacer frente a la monotonía y al 'whiteout', ese fenómeno que se crea cuando el cielo blanco llega a confundirse con la niebla baja y te desorienta".

En el transcurso de la travesía , Josu y Victor tuvieron que abandonar, y Jon y Nestor, tras sufrir un temporal que les dejo sin tiendas tuvieron que ser rescatados en helicóptero y trasladados al hospital de Tasiilaq.“Ha sido muy jodido, lo hemos pasado muy jodido, hemos nacido otra vez"

En 2011, también se pone en marcha la expedición Transantartika, el equipo del BAT Basque Team (compuesto por Alberto Iñurrategi, Juan Vallejo y Mikel Zabalza), se propone completar una travesía de 2.300 kilómetros a lo largo de 40 días, atravesar Groenlandia de Sur a Norte con sus trineos tirados por cometas o por ellos cuando no hay viento, partiendo de Narsaq llegar hasta la localidad costera de Thule (o Qaanaaq), en el noroeste de Groenlandia. Junto a las durísimas condiciones climatológicas de una meseta de 2.000 metros de altitud en el Círculo Polar Ártico, con temperaturas que pueden llegar a -30º, los expedicionarios deberán prever otro tipo de riesgos, como la presencia de osos polares en el Norte de la isla. De hecho, la legislación local les obliga a ir provistos de al menos un rifle, debido al peligro que representan estos animales. Tratarán de recorrer alrededor de un centenar de kilómetros al día, si bien encontrarán dificultades en el ascenso y el descenso de la meseta central, ya que las pendientes propician la presencia de grietas y seracs, grandes bloques de hielo fragmentado procedentes de los glaciares.




Consiguen finalizar la travesía hasta la localidad de Thule, después de recorrer en 32 días -en vez de los 40 programados- la llanura helada de Groenlandia de sur a norte (2.200 kilómetros en línea recta) y soportar temperaturas de hasta 35 grados bajo cero, 

Caras heladas, un viento cortante y atronador que barre la nieve y apenas deja oir, 22 horas de luz constante y un objetivo: avanzar contra el horizonte blanco. "Cuesta hacer las cosas a 30 bajo cero".

Mayo de 2012. Noticia sobre la imposibilidad de realizar el intento de cruzar Groenlandia en bici de Juan Menéndez Granados, deportista extremo.

Las condiciones del hielo por el adelanto de la primavera en el glaciar, impidieron avanzar a la expedición de grabación, que de manera paralela iba a acompañar a Juan Menéndez Granados para la filmación del desafío y la edición posterior, de un video documental que ofreciese las imágenes del reto de convertirse en el primer hombre en cruzar Groenlandia en bici. El punto de partida era Kangerlussuaq y la llegada prevista a Isortoq.

Pero en 2013, Juan Menéndez Granados cruza Groenlandia de costa a costa después de recorrer 600 km. El otoño groenlandés les recibió con una climatología muy adversa, sufriendo más de 20 días de “whiteout” y hasta un huracán con vientos superiores a los 140 km/h.

A pesar de las dificultades Juan decía “estoy muy contento, primero por ser uno de los pocos deportistas españoles, el octavo, que ha conseguido cumplir con éxito este desafío, y segundo, porque he podido testar la mayor parte del equipo que voy a llevar a la Antártida. He podido rodar en bici durante alguna de las jornadas de la expedición, y vuelvo muy contento tanto por el rendimiento del equipo, como por mi estado de forma … ahora es muy importante descansar y recuperarme de este esfuerzo, para empezar otra vez con el entrenamiento diario con el objetivo de llegar lo más fuerte posible al Polo Sur. He sufrido algunas congelaciones de poca importancia en cara, y algunos miembros de pies y manos, así como una importante pérdida de peso. Todas las lesiones son reversibles, pero es importante cuidarse y descansar lo máximo posible para poder volver al tajo”.

Y llegamos a 2014. Ramón Larramendi, fundador de la empresa Tierras Polares, es una persona de referencia en cuanto a Groenlandia. Desde 1985 ha participado en varias travesías por el interior de Groenlandia y en primavera participará en una nueva expedición.

En esta ocasión, el objetivo es una ruta circular, Circunnavegación 2014, por el interior de la masa de hielo a bordo del Trineo de Viento. Más de 5.000 kilómetros en los que quieren demostrar las posibilidades del único vehículo eólico del mundo para convertirse en un ‘laboratorio móvil’ polar. Se trata de una ruta geográfica pionera en la que volverán a poner a prueba el vehículo, recogerán muestras de hielo y nieve para analizar sus perfiles y comprobar sus niveles de contaminación; también tomarán medidas de la radioactividad que hay en los lugares de antiguas bases militares.



La expedición está prevista para los meses de mayo-junio, cuando hay luz solar prácticamente las 24 horas del día. La intención de los expedicionarios es hacer turnos de pilotaje para estar en marcha el mayor tiempo posible durante los 45 días de duración previstos en este nuevo reto de exploración. Los anteriores expedicionarios (Lonnei Dupre y John Hoelscher) que lo intentaron con medios de transporte no contaminantes (trineos con perros y kayak) tardaron cinco años, entre 1997 y 2010. 

El viaje comenzará en el centro/oeste groenlandés, en las cercanías de Kangerlussuaq, por donde accederán al ‘inslandis’. Es allí donde pondrán rumbo al norte, hacia la región de Thule, un recorrido en el que esperan invertir menos de una semana. Desde Thule, iniciarán el regreso por la zona este de la isla, la más inexplorada, pasando por las cercanías de Narsaq. Acabarán en el mismo lugar donde comenzaron.


En el mes y medio que durará la expedición, el Trineo de Viento tiene previsto visitar varias estaciones científicas internacionales que se encuentran en su ruta: el Raven Camp, en el suroeste de Groenlandia, es un centro de investigación de Estados Unidos , la Estación Científica Neem, de la Universidad de Copenhague, en el noroeste de la isla; la Estación Científica Summit Camp, en el centro de la isla. Creada en 1989, es uno de los centros neurálgicos de la investigación sobre el cambio climático; la Estación Hielo Norte, que los británicos mantuvieron abierta entre 1952 y 1954, enterrada bajo el hielo, en plena Guerra Fría; las bases militares Camp Century, estaciones de radar militares americanas durante la Guerra Fría, que se utilizaron para detectar misiles soviéticos, auténticas ciudades subterráneas. Allí hubo un reactor nuclear. En los alrededores de esta base, se tomarán medidas de la radioactividad ambiental.


La expedición está planteada como una nueva aventura que puede sentar las bases de una nueva forma de conocer y comprender las tierras polares sin dejar rastro.



Después de tanta travesía, me quedo con las palabras de Ander Izagirre sobre nuestro primer viajero, Josu: “ Y sin más objetivo que satisfacer su propia curiosidad, porque Josu no escribe reportajes ni saca fotos ni tiene interés en convertir esos encuentros en ningún tipo de producto posterior. Sin embargo, aunque no sea periodista, en los últimos años nos ha enseñado que el periodismo y el viaje comparten una esencia común: sirven para acercarse a los demás … también confirmamos que un viajero es, sobre todo, un gran buscador de excusas. Y que las buenas excusas son aquellas que funcionan como abrelatas para descubrir historias”.


Dejamos la música para el final con el grupo groenlandés Nanook, oso polar, cuyo nombre es consecuencia de la fascinación de la banda por este animal en peligro de extinción que vive en condiciones de extrema dureza. Mediante el uso de Nanook como nombre de la banda esperan aumentar la atención sobre la crítica situación de los osos polares.



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